26 de noviembre de 2009

T’es le jouet, et moi l’enfant.




El principito guarda su flor todas las noches bajo su globo de vidrio, y vigila bien a su cordero.
Te devienes responsable para siempre, de aquello que has domesticado. Y se corre el riesgo de llorar un poco, si uno se dejó domesticar.
Si fueramos un poco más niños, seríamos un poco más grandes.

1 comentario:

  1. hermoso!
    hace cuestión de un año releí el principito.
    acto obligatorio para hacer cada 5 años, por ahí.
    más que volver a fascinarme por esa historia... me enterneció percatarme de la ingenuidad con que lo había leído la última vez.
    la incomprensión o ingenuidad de los niños a veces es tan salvadora.
    y querer volver a serlo... supongo que me engrandece un poquito.

    abrazos.

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