El principito guarda su flor todas las noches bajo su globo de vidrio, y vigila bien a su cordero.
Te devienes responsable para siempre, de aquello que has domesticado. Y se corre el riesgo de llorar un poco, si uno se dejó domesticar.
Si fueramos un poco más niños, seríamos un poco más grandes.
hermoso!
ResponderEliminarhace cuestión de un año releí el principito.
acto obligatorio para hacer cada 5 años, por ahí.
más que volver a fascinarme por esa historia... me enterneció percatarme de la ingenuidad con que lo había leído la última vez.
la incomprensión o ingenuidad de los niños a veces es tan salvadora.
y querer volver a serlo... supongo que me engrandece un poquito.
abrazos.